que es el consumo sostenible de alimentos

¿Qué es el consumo sostenible de alimentos?

El consumo sostenible de alimentos son una serie de prácticas y costumbres en donde se busca satisfacer las necesidades alimentarias y nutricionales de las poblaciones con un bajo costo ecológico. Mediante estas prácticas en las formas de consumir alimentos se busca generar un bajo impacto en el medio ambiente, protegiendo la biodiversidad y los ecosistemas.


El consumo responsable de alimentos prefiere aquellos elaborados mediante modelos de producción sustentable. En estos mecanismos se otorgan condiciones laborales óptimas para los trabajadores, se establecen buenas relaciones con el entorno y las comunidades vecinas. En última instancia, el consumo sostenible de alimentos, también busca reducir o eliminar el desperdicio de alimentos durante el consumo final.

¿Cómo lograr una alimentación sostenible?

El consumo sostenible de alimentos se basa en la reducción de aquellos productos que generen mayores contaminantes como los gases de efecto invernadero o desechos excesivos. En paralelo se busca incentivar el consumo de alimentos provenientes de modelos que tengan un bajo o nulo impacto en el medio ambiente.

Existen cuantiosas medios para lograr una alimentación más sostenible y al mismo tiempo saludable, te compartimos los 10 ejemplos más comunes:

Cómo lograr una alimentación sostenible
  1. Bajar el consumo de carnes rojas. La industria ganadera es una de las que generan mayores gases de efecto invernadero. Según el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático INECC, en México el 15% de las emisiones de gases nocivos provienen de la ganadería.

    Según estimaciones de organismos internacionales, reducir el consumo de carnes rojas a la mitad, eliminaría el 64 % de emisiones nocivas en 15 años. Por si fuera poco, el actual consumo de carnes rojas excede las recomendaciones nutricionales.
  1. Ganadería extensiva. Preferir la carne proveniente de la ganadería extensiva, en este modelo de producción se hace uso de los recursos naturales disponibles en el entorno como pasto y agua, por lo tanto se evita el uso de fertilizantes para áreas de pastoreo. Además se incentiva ciclos más naturales de alimentación y reproducción del ganado.
  1. Alimentos agroecológicos. Aunque puede sonar muy complejo el término, simplemente se trata de elegir alimentos que se hayan producido mediante modelos sostenibles en donde se reduzca el uso de pesticidas, el cultivo racional, la rotación de suelos entre otros.
  1. Evitar el desperdicio de alimentos. El consumo sostenible de alimentos también hace hincapié en evitar el desperdicio de los mismos. En las personas, se recomienda la planeación de los menús y compras para no exceder las necesidades. 

En servicios de alimentación como restaurantes implementar menús con porciones adecuadas para cada comensal, incentivar que los clientes se lleven las sobras para su posterior consumo y por último llevar a cabo ciclos de compostaje.

  1. Preferir alimentos locales. Consumir alimentos de producción local reduce las emisiones de contaminantes en el transporte y almacenamiento y se incentiva la economía local.
  1. Alimentos de temporada. El consumo de alimentos de temporada evita la producción forzada de frutas y verduras que requieren mayores recursos o bien el transporte de grandes distancias para cubrir la demanda. Los alimentos de temporada, también ofrecen una mejor calidad nutricional y se ofrecen a un menor precio.
  1. Comercio justo. Investigar y elegir alimentos elaborados en modelos de producción justa, es decir donde además de cuidar el ambiente, se ofrecen condiciones favorables a los trabajadores, se cuida el tejido social y la economía local.
  1. Consumo a granel. Realizar las compras a granel, es decir evitar empaquetados,  envases o bolsas innecesarias. Acudir a las tiendas con bolsas ecológicas y utilizarlas de forma recurrente para evitar residuos en exceso.
  1. Reducir productos procesados. El consumo de productos procesados aumenta el uso de recursos como conservantes y proceso de producción más elaborados. En cambio los productos naturales demandan menos recursos. 
  1. Cuida tu dieta. Cuidar nuestra alimentación es esencial para mantener una buena salud y bienestar a largo plazo. Optar por alimentos naturales, como frutas, verduras, granos enteros y proteínas sin procesar, nos proporciona los nutrientes necesarios sin los aditivos, conservantes y azúcares añadidos que suelen encontrarse en los alimentos procesados.

Ejemplos de alimentos sostenibles

En general cualquier alimento proveniente de procesos de producción responsable pueden considerarse un alimento sostenible. Sin embargo, existen alimentos que por su naturaleza requieren menos recursos para su cultivo o elaboración.

  1. Legumbres. En general todas las legumbres como lentejas, garbanzos o frijoles requieren una menor cantidad de agua para su cultivo, proporcionan fibra, hierro y otras vitaminas al cuerpo. Además, en su producción favorecen el cuidado y la fertilidad de los campos de cultivo.
  2. Cereales. Los cereales integrales como la quinoa o la avena tampoco requieren mucha agua para su cultivo, se producen en cosechas menos intensas y son fuente de proteínas.
  3. Nueces y semillas. Utilizan poca agua en su producción, pueden cultivarse en pequeños espacios y proporcionan muchos tipos de nutrientes. 
  4. Aceite de oliva. Se trata de un producto casi natural con pocas etapas de procesamiento por lo cual reduce el consumo de recursos naturales.
  5.  Hongos comestibles. Las setas y los champiñones pueden utilizar subproductos agrícolas como fertilizantes por lo cual evitan el uso de fertilizantes químicos. Utiliza poco recursos hídricos y de tierra.
Ejemplos de alimentos sostenibles

Otros ejemplos de alimentos sostenibles podrían ser pescado proveniente de pesca sostenible, pollo y huevo de granjas ecológicas en donde se evita la sobreexplotación de los animales y se cuida el entorno de crianza. Debemos volver a mencionar a todas las frutas y verduras de temporada, pues su consumo reduce el uso de recursos en el traslado desde fuentes lejanas de producción.

Importancia del consumo sostenible de alimentos

Es muy importante impulsar el consumo responsable de alimentos pues además de reducir la sobreexplotación de los recursos naturales, también conlleva beneficios a nuestra salud y el bienestar económico y social de los localidades productoras.

  • Menores emisiones. Al consumir alimentos más sostenibles, se reducen las emisiones que generan el cambio climático.
  • Cuidado de los bosques. En la actualidad miles de hectáreas son taladas para dedicarlas a la ganadería y cubrir la demanda de carne. Reducir el consumo de carnes rojas, impacta directamente en los espacios necesarios para crianza de ganado bovino principalmente. 
  • Mejorar la salud. Una dieta con productos más sostenibles y menos procesados también mejora la salud de las personas.
  • Se cuidan las especies. La reducción de los hábitats de especies amenazadas también es consecuencia de nuestros actuales hábitos de consumo. Cambiar a un enfoque más sostenible, permitiría la supervivencia de estas especies.
  • Cuida los recursos hídricos. El consumo sostenible de alimentos también reduce la utilización del agua en los procesos productivos.
  • Se evita la contaminación del agua. Preferir alimentos en los cuales no se utilizaron fertilizantes o pesticidas químicos, evita la contaminación de ríos, lagos y los mantos acuíferos.
  • Equilibrio alimentario. El consumo sostenible de alimentos también busca reducir el desperdicio, lo que a su vez mejora el reparto de los alimentos entre la población.
  • Incentiva la rotación del suelo. El cultivo de diferentes especies evita la erosión del suelo, la pérdida de humedad y la aparición de plagas y enfermedades en los cultivos.
  • Respeto a las comunidades. El comercio justo cuida los recursos naturales y a su vez busca condiciones de trabajo favorables y respeta a las comunidades productoras, fomentando un bienestar económico, ambiental y social.

Como te podrás dar cuenta, el consumo sostenible de alimentos se centra principalmente en los consumidores finales, invitándolos a pensar la procedencia de los productos que llevan a sus mesas. Preferir aquellos provenientes de modelos sustentables de producción y reducir el desperdicio.

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